La creencia general anterior era que Balaguer no servía.
Actualmente se dice que Hipólito no sirvió, que Leonel tampoco sirvió para nada y que Danilo menos.
Por eso estoy empezando a sospechar que el problema no está en lo ladrón que hayan sido los funcionarios de un gobierno u otro, en la ineptitud de Hipólito o en lo hablador que es Leonel.
El problema está en NOSOTROS. Nosotros como pueblo!
Nosotros como materia prima de un país.
Porque pertenezco a un país donde la viveza es la moneda que siempre es valorada tanto o más que el dólar.
Un país en dónde hacerse rico de la noche a la mañana es una virtud más apreciada que formar una familia a largo plazo basada en valores y respeto a los demás.
Un país en donde la gente inventa a la hora de llenar sus declaraciones de Hacienda, para no pagar o pagar menos impuestos.
Pertenezco a un país en donde la impuntualidad es un hábito.
En donde los directivos de las empresas no generan ningún capital humano.
En donde no hay interés por la ecología, en donde las personas tiran la basura en las calles y luego le reclama al gobierno por no dar mantenimiento al drenaje.
Un país en donde no existe la cultura por la lectura y no hay conciencia ni memoria política, histórica ni económica.
Donde nuestros diputados y senadores trabajan pocos días al año (y cobran todos los demás como si fueran altos ejecutivos), para aprobar una reforma (miscelánea) fiscal al vapor que lo único que hace es hundir al que no tiene, joder al que tiene poco y beneficiar sólo a unos cuantos.
Un país en dónde puede subir una persona de edad avanzada, o una mujer con el niño en brazos o algún minusválido a algún autobús y las personas que vienen sentadas en asientos se hacen los dormidos para no dárselo y si alguien le reclama se levantará, pero para darle una cortada de ojos o decirle una mala palabra.
Un país en el cual el derecho de paso es para el automóvil y no para el peatón.
Un país en donde su gente esta llena de faltas, pero que disfruta criticando a sus gobernantes.
Mientras más le digo ladrón a los funcionarios y gobernantes, mejor soy yo como persona, a pesar de que apenas ayer compré discos y ropa piratas y me consiguieron todas las preguntas del examen de matemáticas de mañana.
Mientras más le digo falso a Leonel, mejor soy yo como dominicano o dominicana, a pesar de que apenas esta mañana engañé a mi cliente a través de un fraude que me ayudó a pagar algunas deudas.
No. No. No..¡ Ya basta !
Como materia prima de un país, tenemos muchas cosas buenas pero nos falta mucho para ser los hombres y mujeres que nuestro país necesita.
Esos defectos, esa sagacidad congénita, esa deshonestidad a pequeña escala que después crece y evoluciona hasta convertirse en casos de escándalo, esa falta de calidad humana, más que Balaguer o que Hipólito o que Leonel, es lo que nos tiene real y francamente mal.
Lo siento. Porque, aunque Hipolito hubiera renunciado, Leonel o cualquiera que que lo sucediera, tendría que seguir trabajando con la misma materia prima defectuosa que, como pueblo, hemos sido nosotros mismos.
Y no podrá hacer nada, No tengo ninguna garantía de que alguien lo pueda hacer mejor, porque en lugar de tomar nuestro destinos en nuestras manos, jodidamente estamos siempre esperando que alguien nos señale un camino destinado a erradicar primero los vicios que tenemos como pueblo, por eso nadie servirá. Ni sirvió Balaguer, ni sirvió Jorge Blanco, ni sirvió Leonel, ni servirá Miguel ni Amable ni quien venga.
¿O qué?, ¿Necesitamos traer a un dictador o como dicen algunos por ahí “que reviva Trujillo”, para que nos haga cumplir la ley con la fuerza y por medio del terror?
Aquí hace falta otra cosa. Algo más inteligente que huelgas, o paros, o piquetes o machetes.
Y mientras esa otra cosa no empiece a surgir desde abajo hacia arriba, o desde arriba hacia abajo, o del centro para los lados, o como quieran, seguiremos igualmente condenados, igualmente estancados...¡igualmente jodidos!
Es muy sabroso ser dominicano y vivir en este hermoso país de clima tropical, pero cuando esa dominicanidad autóctona empieza a hacerle daño a nuestras posibilidades de desarrollo como Nación, ahí la cosa cambia...
No esperemos encenderle una velita a Todos los Santos, a ver si nos mandan a un Mesías. Nosotros somos los que tenemos que cambiar, ya que un nuevo presidente con los mismos dominicanos no podrá hacer nada.
Está muy claro... ¿qué no?...Somos nosotros los que tenemos que cambiar Yo creo que esto coincide muy bien en todo lo que nos pasa.
Siempre le vamos al débil o al desvalido por lastima, por que nos sentimos igual de pequeños.
Fiesta nacional por un segundo lugar (medalla de plata).
Héroes nacionales a quienes ganan algo, lo que sea, porque nos urge vernos reflejados en alguien ganador (porque nosotros no nos creemos ganadores).
Tenemos que reflejarnos en los triunfos de otros porque los nuestros son muy escasos.
- También sus derrotas las hacemos nuestras.
- Es la industria de la disculpa y la estupidez.
Quemamos plantaciones de arroz y luego lo importamos porque hay escasez (huy que inteligentes somos, pero “viva la soberanía” “pobres pero eso si muy soberanos”)
Ahora, después de este mensaje, francamente he decidido buscar al responsable, no para castigarlo, sino para exigirle (sí, exigirle) que mejore su comportamiento y que no se haga que la virgen le habla.
Sí, he decidido buscar al responsable.
ESTOY SEGURO QUE LO ENCONTRARÉ, CUANDO ME VEA EN EL ESPEJO. ¡¡AHI ESTARÁ!!
¡NO NECESITO BUSCARLO EN OTRO LADO!
Y tú... ¿qué piensas?...
-Autor desconocido-
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